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“Esto lo estoy tocando mañana”, y los muchachos se quedaron cortados, apenas dos o tres siguieron unos compases, como un tren que tarda en frenar, y Johnny se golpeaba la frente y repetía: “Esto ya lo toqué mañana, es horrible, Miles, esto ya lo toqué mañana”, y no lo podían hacer salir de eso, y a partir de entonces todo anduvo mal, Johnny tocaba sin ganas y deseando irse (a drogarse otra vez, dijo el técnico de sonido muerto de rabia), y cuando lo vi salir, tambaleándose y con la nariz cenicienta, me pregunté si eso iba a durar todavía mucho tiempo.”

Efectivamente, el fragmento anterior pertenece a la obra maestra titulada El Perseguidor del irrepetible escritor argentino Julio Cortázar. Grandísimo aficionado a la música jazz y que para este relato corto, se inspiró en otro personaje irrepetible: el saxofonista Charlie Parker. Y precisamente el título de este relato sirve de inspiración para la confección de uno de los temas del disco que hoy presentamos. -el resto de temas sigue el mismo patrón, es decir, cada composición está basada en un relato concreto o en algún texto de Cortázar-. Hablamos de Relatos Breves (Underpool Records, 2016) del noneto Los Cronopios, proyecto personal del guitarrista Jordi Soler. Lo acompañan Luca Tondena (flauta y saxo tenor), Sergi Felipe(flauta y flauta alto), Natsuko Sugao (fiscornio), Jordi Santanach (clarinete bajo), Amaiur González (tuba),Juanjo Fernández (piano), Alexandre Molas (contrabajo), y Ramiro Rosa (batería).

Relatos Breves es la prueba fehaciente de que cada persona percibe y, por consiguiente, manifiesta su creatividad de manera absolutamente diferente. Digo esto porque los relatos de Julio Cortázar (de los que me declaro gran admirador) me transmiten sensaciones diferentes (creo) a las de Jordi Soler. Lo digo porque uno puede pensar, hablando de este proyecto concreto, que la música debe ir en consonancia con la escritura de Cortázar, que subjetivamente (muy subjetivamente) digo que es: arriesgada, abstracta, inesperada, magnética, extremadamente (en el buen sentido) personal, fuera de toda lógica e incluso difícil (refiriéndome a que necesita de la absoluta concentración). Algo que sí sucede a medias en temas como “Reflexiones” (con la voz del mismo escritor) o “Casa tomada” pero que no es la tónica general del álbum… pero repito, uno puede pensar que debe ser así… pero tal vez sea una equivocación. Por esta razón Jordi Soler, que no es la misma persona que escribe estas palabras, percibe sensaciones diferentes y las plasma en las ocho composiciones originales.

En todo caso, un disco al que hay que acercarse, darle tiempo y sacar conclusiones. Sobretodo reflexionar. Precisamente creo que hay algo contradictorio en el párrafo anterior. Tal vez lo ilógico sea lo idóneo para este proyecto. Tal vez sería demasiado evidente el hecho de realizar algo que se amolde demasiado a la escritura de Cortázar. En todo caso, un proyecto que invita a la reflexión. A la creación de sensaciones tanto por su parte literaria como por su parte musical. Bienvenidos sean Los Cronopios.

© Jesús Mateu Rosselló, 2017

http://www.tomajazz.com/web/?p=28644#

 

 

“No es fácil ser cronopio. Lo sé por razones profundas,  por haber tratado de serlo a lo largo de mi vida; conozco los fracasos, las renuncias y las traiciones” Julio Cortázar. Tampoco es fácil sacar adelante un proyecto musical en este momento en que la cultura, sea del tipo que sea, no encuentra dónde mostrarse públicamente. Jordi Solé es un joven guitarrista catalán que ha tenido la osadía de escribir ocho composiciones inspiradas en los relatos breves de Julio Cortázar, y junto a otros ocho cronopios como él, incitar al público a que las escuche y saque sus conclusiones. Acepto el reto. El primer tema es  Reflexiones, la batería de  (otro argentino que reside por aquí afortunadamente para nosotros) junto a los vientos (que iré presentando) son el fondo para escuchar unas palabras de Cortázar que sitúan ese ambiente “cultural” que se nos antoja cercano. Distante espejo, vuelve a ser Ramiro el encargado de abrir fuego, Luca Tondena, saxo, Jordi Santanach clarinete,Sergi Felipe flauta, Amaiur González a la tuba y la trompeta de Natsuko Sugao completan el cuarteto de vientos, y como desde atrás, aparición de la guitarra de Solé, al bajo Alexandre Molas y en el piano Juanjo Fernández (del cual tengo sobre la mesa, Frozenframe Quadrant records, 2016) ya estamos todos. Cartas de mama, balada que se presenta sabrosa, las escobillas de Ramiro Rosa marcan una cadencia con espacio para la creación, la trompeta de Natsuko, grave, sensible, con mensaje. Un solo precioso del contrabajo de Molas, que en algunos momentos parece tener dos voces. El canto de los cronopios, y sí, ciertamente Juanjo Fernández inicia un canto de cronopio que todos podrán coger o dejar según se tercie, esa es la grandeza de esta música. La sección rítmica casará perfectamente con los vientos, el latin podrá aparecer o no según desee, los solos de vientos traerán momentos de reflexión pero el canto se mantendrá fiel hasta el final. El Perseguidor (sin duda el relato estrella de Cortázar) introducción con un solo precioso de la guitarra de Solé. Entra el grupo pero sigue mandando la guitarra. Vuelve a jugar Solé con una frase reconocible, sobre la que añadir colores, la flauta (no sé si de Felipe o de Tondena) juega un papel importante en la dualidad con la guitarra. Casa tomada, cambio de registro, si conoces la historia del cuento te ayuda a entender el ambiente que persigue Solé, sino lo conoces, intenta cerrar los ojos y concéntrate en el contrabajo de Molas y te ayudará bastante. La guitarra de Solé parece decirnos que no había solución, que las cosas son como son. Omnibus, La sección rítmica será la encargada de introducirnos en el ritmo dulce del Omnibus, los vientos en “cadenciarnos” cuál pájaros en el atardecer, Solé y su guitarra perfectamente conjuntado con la batería de Rosa (uno de mis momentos preferidos) narraran su historia, el tenor de Tondena dará más magia si cabe. Para cerrar Morelliana, de nuevo la voz nos trae unas reflexiones que cierran un circulo, el noneto vuelve a dar soporte al texto, el texto aportando el valor de la cadencia, más que el del propio texto que perderá el valor (como texto) a la tercera escucha, sirve para dejar al oyente con ganas de volver a comenzar, que así sea.

Candido Querol

Junio 2016

http://www.b-ritmos.com/novedad/los-cronopios